Me gusta mucho eskribir cosas así... Simplemente son lo ke siento =) Este lo eskribí yo hace un rato: Sin K y sin faltas de ortografía [casi kreo ] Profundas heridas provocas, Sufrimiento, llanto pero adicción... Tal vez te suene a una droga Pero simplemente hablo de vos... Te explicaré en pocas palabras Un día te conocí, al mes, necesité Sos la rosa más hermosa... Por qué tantas espinas tenés? Sólo encuentro de ellas, Y siempre alguna nueva... Para que naces tan bella Si luego no te dejarás tener? Las heridas no me dejan ver No entiendo tus por qué Me quedaré a tu lado. Son sólo días tristes, Nunca más te podré ver Esa hermosa belleza que tienes Siento que sigue ahí en algún lado Pero sangran mis ojos, Sangra mi corazón. Por supuesto, entiendo, Tu espinas los han atravezado... Tu mirada ha apuntado nuevamente Fija en mí, me quedaré con vos, Seguro, lo prometo... Aunque pasen los días, Y mientras yo sangre Vos te marchites... Y en ese entonces Mis heridas habrán sanado, Y yo ya no precisaré tu belleza, Mi corazón habrá vuelto a latir, Pero no por otra bella flor Si no por tu ausencia... Pero volverás a nacer, lo sé... Otra vez serás necesaria, Y solo entonces, tus espinas saldrán de mí Porque al fin habrás entendido Que yo no fui una amenaza Simplemente fui alguien que te amaba...
Muy bueno Kain y Carr... Bukowsky.... siempre.... Prometo escribir pronto... aunque el tiempo es relativamente enredado
Muy bueno, Car227... Los tuyos, me hacen acordar los primeros versos del Martín Fierro... Aqui me pongo a cantar al compás de la vigüela (guitarra) y al hombre que lo desvela una pena extraordinaria como el ave solitaria con el cantar se consuela... Me gustaron mucho... seguí escribiendo...
Miren, esto es de un profesor mio: SONETO DEL SONETO INÚTIL No me ha gustado nunca hacer sonetos. Es una estrofa cursi y anticuada, absurda exquisitez muy complicada, para gentes de gustos obsoletos. No puedo recorrer los vericuetos de su rima y medida encorsetada que adornan versos sin decirnos nada, tan solo por contar que están completos. Pero, ya que parece inevitable... ¿Hay que hacer un soneto? Lo hago y punto. Acabaré este inútil artificio; a ver si queda,al menos,aceptable, y pasemos cuanto antes a otro asunto, que ya está terminado el ejercicio.
Leyendo todas esas cosas que Uds. van empezando a vivir y que yo viví hace tanto tiempo ya, me hacen recordar mis tiempos del colegio. Hay una poesía de la que recuerdo solo su comienzo, muy triste por cierto... Escribo lo que recuerdo, por si alguno la sabe y la completa: Solo quedaba en la rama, un poco de paja mustia y en la arboleda la angustia, de un pájaro fiel que llama... Cielo arriba, cielo abajo, no halla tregua a su dolor.... Tal vez alguno, como Car227, las pueda hacer suyas las viviencias de este pobre pájaro que ha perdido todo... su nido, su compañera...
EL NIDO AUSENTE Sólo ha quedado en la rama un poco de paja mustia y, en la arboleda, la angustia de un pájaro fiel que llama. Cielo arriba y senda abajo, no halla tregua a su dolor, y se para en cada gajo preguntando por su amor. Ya remonta con su queja, ya pía por el camino donde deja en el espino su blanda lana la oveja. Pobre pájaro afligido que sólo sabe cantar y, cantando, llora el nido que ya nunca ha de encontrar Leopoldo Lugones
No podía ser de otra manera, ya que es una maestra quien recordó la poesía entera... Muchas Gracias, Patoruzita...
Como nadie ha enviado algo más, les hago conocer esto que escribió mi hijo hace unos cuantos años atrás: Historia de verano Todo está calmo... El viento ha cesado... Los árboles, cual estatuas marrones, alzan sus esbeltos brazos con espantosa paciencia... Ni un sonido, ni un destello de luz, sólo paz y tranquilidad... El cielo, muestra cándido su baraja de tonalidades grises. La luna, solitaria, apenas se divisa tras un espeso manto de nubes bajas. Una línea se desdibuja en el cielo, allá a lo lejos, cruzando el horizonte, de lado a lado. Calor, molestia, fatiga, ausencia casi total de oxígeno, el aire pesa, es denso como la brea en verano. Las plantas muestran su pesadez señalando el suelo con las puntas de sus hojas. Luego, de repente, un atisbo de viento mueve las hojas más altas de los árboles, un soplo de vida, una esperanza, un sociego a este momento infernal. Aves en el cielo agitan sus alas en busca de un lugar en las copas de los árboles. Apenas un momento ha pasado, el cielo ha oscurecido totalmente. Sonidos lejanos provienen de lo más alto del firmamento. Una luz blanquecina, fugaz, efímera, hace visible en el cielo inmensas montañas y valles dorados. Una brisa huidiza, gélida, contrastante con la pesadez del ambiente, recorre ansiosamente las cúpulas abultadas de los árboles, hurgando entre nidos y hojas. Un suspiro del éter, un alivio al cruel agobio ambiental. Olores húmedos provienen de la lejanía. De pronto, una muralla de aire y polvo inunda el espacio, todo es desorden, las aves que antes buscaban resguardo, son arrancadas de sus nidos y empujadas en círculos hacia lo más alto del cielo. Hojas, polvo, estridentes ruidos y esporádicas luces alrededor. Frío, oscuridad, temor... Un ansiado resguardo es buscado por los espectros que corren presurosos bajo el caos. Desconsuelo, desconcierto, enredo, confusión... Ha vuelto de pronto la calma... Sólo el agua cae presurosa desde el cosmos. Una túnica irregular recorre presurosa los estratos más bajos del cielo. Se divisan en el éter formas irreconocibles, extrañas, caprichosas. Brillos contrastan las formas que antes se veían pesadumbradas. Todo está calmo... El viento ha cesado... Ni un sonido, ni un destello de luz, sólo paz y tranquilidad... SergioBaro 4-1-99
SOLEDAD Es cansancio de la vida y hartazgo de las frases, los gestos, y de todo, es evocar un rostro, rasgo a rasgo, recordando un momento de algún modo... Sentir que lo que duele a nadie importa, reír y de reír estar cansada, gemir en voz muy baja estando sola, querer entretenerse.... y no hacer nada.... Es llevar un amor en el recuerdo, revivirlo en amarga lejanía, pasar las horas largas frente a un muerto y sentir que no acaba nunca el día... Ver llegar con terror las horas largas y sentir el silencio de un vacío, temerle a la caída de la tarde, cerrar los ojos y temblar de frío. Victoria Pueyrredón (06-07-1920)